Como un factor de diferenciación entre productos o servicios, la huella de carbono es una forma de medir la cantidad de gases que contribuyen al efecto invernadero que se emite en las actividades llevadas a cabo por la empresa, y de demostrar a los consumidores la conciencia ambiental de la organización.
En una época en la que los consumidores son cada vez más conscientes de los problemas ambientales, lógicamente, también están más abiertos a adquirir productos y servicios que sean responsables con el medio ambiente y que indiquen su huella de carbono, frente a otros que no lo hacen.
El estudio de la huella de carbono de una empresa, producto o servicio permite que la empresa sepa exactamente la cantidad de dióxido de carbono que libera en cada área y actividad, y pueda informar a sus clientes sobre el impacto de lo que consumen a través de una etiqueta universal. De esta forma, la empresa consigue fidelizar a sus clientes mediante la conciencia ambiental y alcanzar una cuota de mercado mayor al competir con un factor diferenciador.